Una vez más, marcada por la experiencia en mi trabajo, he podido analizar y concluir cuales son los efectos psicológicos que supone un cambio de vida. Cambios de país, de ciudad, de residencia. Ya sea por motivos laborales o por otras cuestiones vitales.
Sí, me refiero a cuáles son las dificultades que nos encontramos en la adaptación a una vida nueva, a un entorno diferente.
Cómo nos afecta psicológicamente, desde el punto de vista emocional, un cambio de vida, de este tipo. Y en qué nos podemos apoyar, para ayudarnos a una adaptación rápida y efectiva.
El motivo por el que he decidido especializarme en este tema, es la gran afluencia de pacientes que acuden a mi consulta de psicoterapia online, encontrándose en estas circunstancias.
No sólo aquellos que han llegado a mi consulta presencial, en mi despacho, llegados de otros puntos, a la ciudad en la que se ubica, Madrid.
Sino también, aquellos que, a raíz de lanzar la opción de consultas online, se ponen en contacto conmigo desde otras ciudades y sobre todo, otros países, a los que se han tenido que desplazar desde sus lugares de origen, por diversas razones.
En tiempos de crisis, este ha sido un fenómeno muy común: Gente joven, que ha decidido desarrollar su vida profesional en otros puntos del mundo, debido a que, en su país, no tenían oportunidades, o no tan atractivas, para ello.
Gente que ha tenido que “escapar” de su lugar de origen, para poder sobrevivir o al menos tener una vida mejor.
Personas que han decidido seguir a donde fueran, a sus seres queridos. Ya sean estos, pareja, padres, hermanos, incluso hijos… Es decir, aquellos que se han desplazado por amor.
Y como estos, cantidad de motivos más, que nos podrían llevar a cualquiera de nosotros a tomar una decisión de este tipo. En la que sin duda saldremos de nuestra zona de confort.
Si tú, eres alguno de ellos… Si estás viviendo una situación similar… Ya sea, habiendo logrado tu adaptación o encontrándote en proceso de ello, quizás te apetezca comentar en este blog, cómo te estás sintiendo, cuáles son las mayores dificultades con las que te has encontrado y cuáles consideras que puedan ser las mejores ayudas, en una adaptación de este tipo.
La decisión de un cambio de vida
La primera de ellas, es la de la toma de decisión: ¿cómo tomar la decisión de un cambio de vida?
Evidentemente, en primer lugar, debe existir una motivación.
Motivos puede haber tantos y tan diversos…Desde encontrarnos en una situación crítica en el lugar actual, hasta el hecho de tener la seguridad que lo que nos encontraremos en ese lugar futuro, va a ser mejor para nuestra vida.
Por mi experiencia en consulta, he encontrado personas que huyen, personas que deciden darse una oportunidad alternativa, personas que son aventureras, personas que se marchan por amor…
Lógicamente, según cuál sea ese motivo que les empuja a marcharse, la decisión será más fácil o difícil de tomar.
Remitiéndome a aquella entrada donde escribía sobre la toma de decisiones, como pueden existir muchos criterios para tomar tal decisión, lo mejor es que escojamos uno o varios (pero no demasiados) según nuestras prioridades y nos centremos sólo y exclusivamente en ello.
Si por el contrario, nos centramos en cumplir demasiados criterios, nos podemos obsesionar. Es decir, enredarnos en darle vueltas y no llegar a tomar ninguna decisión. Como sucedía en el síndrome de Penélope, que procrastinamos por no encontrar la perfección o aquello que nosotros queremos … ¿Lo recordáis?
También debemos tener en cuenta que a la hora de plantearnos tomar una decisión tal, como la de irnos a vivir a un lugar diferente, ya sea un país distinto o una ciudad diferente, podemos decidir finalmente, quedarnos donde estamos.
Siempre y cuando no sea el miedo quien nos haga tomar la decisión, podrá ser una decisión bien tomada, donde no nos debemos permitir los auto-reproches, ni los remordimientos.
Como ya comentaba anteriormente, en aquel post sobre “la toma de decisiones o el conformismo”, conformarse también es una toma de decisión.
Todo esto de lo que os hablo, la reflexión, el autodiálogo que este paso del proceso requiere, llega a generar consecuencias psicológicas del tipo ansiedad o síntomas depresivos que pueden ser el motivo de una consulta.
No obstante, se den o no estos síntomas, acudir a psicoterapia, encontrándonos en un punto vital, de estas características, puede ser una de “las decisiones” más inteligentes que tomemos.
Dar el paso
¿Cómo sabremos, entonces, que ha llegado el momento de dar el paso? Una vez hayamos tomado la decisión.
Esto en realidad, no es del todo así, aunque intente simplificarlo. A veces, estas etapas en un proceso tan importante como el de desplazarnos a vivir a un lugar diferente, empezar una nueva vida en una ciudad o país distinto, no están tan determinadas de principio a final.
En la mayor parte de los casos, diría que podrán darse en paralelo unas fases con otras. Digamos que, dos pasitos dados en una fase previa, puede implicar uno más de la siguiente.
Pero, simplificando y para entendernos, supongamos que una vez terminada la fase de toma de decisión, llega el momento de llevar a cabo el plan de acción. Es decir, dar el paso.
Por esto, es recomendable que la toma de decisión la completemos con una organización.
Que establezcamos incluso una lista de acciones o tareas a llevar a cabo. Si estas tareas, se pueden establecer en un orden cronológico, hagámoslo así. Si no, lo que es lo mismo, establezcamos el orden en función a la importancia.
Una vez habiendo elaborado esto que llamamos, “plan de acción” vamos a contar con una herramienta que será de gran utilidad en un momento así. Esta es: “la automatización”
Automatizar significa que una vez me ponga en modo acción, ni siquiera me voy a preguntar ya, si me apetece o no. Ni siquiera me voy a preguntar si estoy haciendo lo correcto, directamente, actúo.
Os pongo un ejemplo, supongamos que me quiero ir a vivir a un país extranjero. Quizás, en él ya me han hecho una oferta de trabajo con el que vaya a poder vivir. Aquí, por lo general, muchas empresas te dicen cuales son los papeles necesarios que tienes que gestionar para poder estar en ese país trabajando y por tanto viviendo. Si no es así, quizás uno de los primeros pasos que tenga que dar, es el de informarme sobre toda esa burocracia necesaria y esto quizás lo pueda hacer con una visita a la embajada.
Automatizar en este caso, significa ni siquiera preguntarme si me apetece o no, directamente hacerlo. Si me he propuesto acercarme mañana a las 10 de la mañana… Mañana, a las diez de la mañana tengo que estar en marcha para ello.
Repito una vez más, que todo lo que aquí estoy contando, está muy simplificado y sobre todo está expuesto a modo de ejemplo muy resumido.
Sé, que en muchísimos casos, esta fase de “dar el paso”, se dan de maneras tan diversas…
Si tú, que estás leyendo este blog, te apetece contarnos como fue tu momento de pasar a la acción en un proceso como este, nos servirá mucho de ayuda.
Aprender a vivir en un lugar diferente
Se puede decir que, de forma un poco azarosa he ido consiguiendo a lo largo de mis años de experiencia, esta especialización.
Me empiezo a identificar, con: la “psicoterapeuta que te ayuda a tu adaptación a un cambio de vida… que te ayuda a aprender a vivir en un lugar diferente… que te acompaña en todo este, tu proceso, desde la toma de decisión, hasta conseguir que ese sea tu lugar… donde vuelvas a sentirte tú”
Al tomar conciencia de ello, he seguido investigando y he encontrado muchísimas similitudes en personas que se encuentran ante estas situaciones.
Síntomas que aparecen en este proceso
He descubierto desde síntomas de depresión, pasando por síntomas de ansiedad, encontrándonos con muchos miedos y, sobre todo, como no era de extrañar, mucho pensamiento irracional.
Debemos de tener en cuenta, que todo proceso de adaptación a un cambio, aunque sea a algo mejor, siempre implica poner en funcionamiento nuestros mecanismos de adaptación, lo que siempre incluye alguna alteración.
Alteración, que puede ser la causante de esos síntomas que citaba anteriormente.
En principio, éstos pueden ser los motivos de muchas de las personas que llegan a mi consulta, pidiendo ayuda. Y algunos pacientes, incluso, vienen desconociendo que puede ser su proceso o bien de toma de decisión o ya de adaptación, lo que le lleva a esos síntomas. A veces, los atribuyen a otras razones y esa mala atribución, es un obstáculo más en su superación.
Cómo se trabaja en consulta
Por eso, siempre, siempre, es importante explorar la vida del paciente. Incluso en áreas que a él mismo, le pueden resultar intrascendentes.
Al mismo tiempo, es importante también, que la persona se conozca a sí misma y si no es así, que aprenda a hacerlo mediante el autodiálogo, con la Introspección.
Ya sabemos que, desde esta buenísima herramienta, podremos identificar mejor aquello que sentimos y el origen de ello, en nuestro pensamiento. Podremos identificar, los pensamientos irracionales que nos acompañan y así los podremos cambiar, quitándonos obstáculos innecesarios en nuestro proceso.
Al final, también se trata de reencontrarnos con nosotros mismos y darnos cuenta de que, estemos donde estemos, nunca estaremos solos. Tenemos a nuestro mejor aliado: nosotros mismos.
Así, adquiriendo esta valiosísima herramienta, se nos puede hacer todo más fácil.
Si tú, que estás leyendo el blog, te estás identificando con esto que cuento, no dejes de comentárnoslo. Puede servir de ayuda a los demás.
Un caso particular
Como ya he comentado anteriormente, creo que la ansiedad es el “síntoma estrella”, a trabajar en terapia, cuando nos encontramos ante un cambio de vida.
El motivo por el que así lo considero, es porque puede aparecer en muchísimos puntos del proceso. Además, entendiendo su significado, se nos hace mucho más comprensible.
Pero… en esta ocasión, pensando que así se puede entender mejor, me apetece hablaros de un caso con el que me he encontrado en consulta:
Os voy a hablar de “M”: M. es un hombre de 35 años. Está casado desde hace 7 y desde hace 4 años, ha sido padre de un niño.
M. trabaja en el mundo de la informática y en el momento en el que terminó el proyecto del cliente principal para el que trabajaba, empezó a sentirse inactivo, al no ofrecerle su empresa nuevos proyectos en los que trabajar o proyectos, donde no sintiera que simplemente era un “parche” y su labor se iba a limitar a algo muy temporal.
Según comentaba M., esta situación de tanta oscilación e incertidumbre le empezó a inquietar. A medida que transcurría el tiempo, se sentía cada vez más inútil en su trabajo, con el añadido de una gran impotencia al tener una seria dificultad de comunicación con el que era su responsable, lo cual, complicaba más las cosas. En esos momentos, M. se empezó a plantear un cambio de trabajo y comenzó la búsqueda. Fue en esta época cuando M. y yo nos conocimos.
Vino a mi consulta planteando síntomas muy concretos, como nauseas, mareos, sudoración, taquicardias y dificultades respiratorias. T
ales síntomas aparecían ante situaciones muy concretas y generalmente relacionadas con el trabajo.
Además, M. comentaba que ya no sólo eran esos síntomas en sí lo que le preocupaba, sino una gran sensación de miedo a que estos síntomas aparecieran.
M. llegó a consulta con un informe de urgencias del hospital, con el diagnóstico de Ansiedad.
Resumiendo un poco lo sucedido en las primeras sesiones de psicoterapia, las cuales dedicamos a conocernos, evaluar y marcarnos objetivos.
M. concluyó que efectivamente, debía salir de ese ambiente laboral, que él mismo estaba percibiendo como amenazante. Ahí principalmente, se encontraba el origen de su ansiedad. Y aunque en terapia también aprendemos a controlar la ansiedad para trabajar el afrontamiento de situaciones, este era un caso innecesario de afrontar, sino que más efectivo sería, salir de esa situación, que como el mismo M. definía, era bastante enfermiza.
Un buen día, M. llegó a sesión, comentando haber encontrado una muy buena oferta de trabajo en el extranjero, concretamente en Irlanda y quería planteárselo.
Esta idea, le ilusionaba bastante, de hecho aquel día llegaba a consulta bastante emocionado. Al mismo tiempo aparecían pensamientos, relacionados con miedos e inseguridades ante el hecho de no poderlo llevar a cabo, debido a la vida que aquí, en su país se había construido y a la que, según decía, no podía dejar “tirada”.
A partir de este punto, empezamos a dirigir la terapia al proceso de toma de decisión. Se trata de un proceso que inquieta bastante y en su transcurso, es evidente que también pueden aparecer muchos síntomas de ansiedad.
En este punto, M. ya había aprendido a identificarla, a aceptarla y por tanto, a controlarla.
Y por ir abreviando y siguiendo con la historia de M., os puedo decir que M. finalmente decidió trasladarse y empezar a trabajar en aquel trabajo en Irlanda.
En esta etapa de su proceso, M. en compañía de la psicoterapia online que no había abandonado y que en estos momentos, ya nos planteábamos así, por internet, aprendió que la ansiedad es su “amiga” y que gracias a ella y por medio de su manejo moderado, podría conseguir ponerse en activo y llevar a cabo todo lo necesario, para lograr sus objetivos.
Después de meses de muchas idas y venidas, M. y su familia, consiguieron desplazarse definitivamente a Irlanda y comenzar una nueva vida.
A día de hoy, M. continua con sus sesiones on-line.
Ha transcurrido un año, desde que junto con su mujer y su hijo, lleva viviendo en ese país diferente. En él se ha encontrado con una cultura diferente, ha tenido que aprender un nuevo idioma y se ha alejado de aquel entorno al que sentía, siempre haber pertenecido.
Mantiene la terapia online, a modo de seguimiento, buscando un apoyo y acompañamiento para las dificultades que le puedan ir surgiendo y como él mismo dice, para seguir trabajando “el autoconocimiento”.
En cuanto a su problema de ansiedad, comentaros que es algo que siente tener muy controlado ya desde hace tiempo.
Sabe que puede aparecer en cualquier situación a la que se enfrente en su vida.
Conoce las causas, que son principalmente la percepción de amenazas (reales o irreales) a su alrededor, las identifica rápidamente, las racionaliza y finalmente consigue controlarla no dejando que vaya a más.
Este ejemplo, me sirve para hablaros de cómo la ansiedad puede aparecer en muchos de los puntos de un proceso de un cambio de vida a un país diferente. Si conseguimos conocerla desde momentos tempranos, conseguiremos que no se convierta en un obstáculo bastante importante de este proceso.
Si leyendo esta historia, te has sentido identificado, estás pasando por una situación similar y te apetece consultar alguna duda o compartir tu experiencia, no dejes de hacerlo en la sección de comentarios.
Los momentos de tristeza.
Supongo que no os es difícil imaginar que en un proceso de cambio de vida a un lugar diferente, surgen momentos de tristeza.
Siguiendo con el ejemplo de “M”, aunque el motivo principal por el que vino a consulta fue sus síntomas de ansiedad, desde el comienzo también comentaba pasar por momentos de tristeza.
Es cierto que el pasar por algún episodio de ansiedad, puede acabar derivando en sentimientos de tristeza, por el hecho de no saber qué está pasando, por la impotencia que puede generar el no saber controlarla o incluso por el pensamiento irracional de no volver a llegar a ser nosotros mismos.
Pero además, M. habló de tristeza en el comienzo de su proceso, incluso antes de tomar la decisión del cambio de vida, cuando por ejemplo descubrió que en su trabajo ya no era tan valorado como creía haberlo sido en un principio.
También sintió, tristeza ante la pérdida de ilusión y motivación en su profesión… algo que creía no podría perder nunca…
Aquí, he de explicaros que, puesto que muchas veces es difícil identificar de dónde derivan nuestros sentimientos, en terapia tratamos de identificar cuáles son aquellos pensamientos por los que estamos sintiendo lo que creemos sentir y tratamos de averiguar cómo “trabajarlos”, para poder afrontar e incluso atenuar tales sentimientos.
Aprovecho esta ocasión para remitiros a la entrada en la que hablaba sobre “La guía del pensamiento”: Ese libro que nos ayuda a entender cómo podemos trabajar con nuestro pensamiento para conseguir mejorar así, nuestra calidad de vida.
Si os dais cuenta, en esa etapa, la tristeza de M. derivaba de pensamientos relacionados con el futuro, los cuales denotaban la dificultad de M. para aceptar la incertidumbre que brotaba de aquel cambio. El famoso “¿qué va a pasar?”
Ya en una etapa más avanzada, cuando M. llevaba un tiempo de asentamiento en la que ya era su nueva ciudad, surgieron sentimientos de tristeza al sentir que echaba de menos “cosas”.
No solo echaba de menos a su familia, también echaba de menos a sus amigos y aquellas «tardes de cañas» que pasaba con ellos cuando había futbol…
Echaba de menos sus partiditas de mus, sus partidos de squash, incluso echaba de menos esas comidas familiares en casa de sus padres con sus cuñados. ¿Quién se lo iba a decir? 😉
En esta ocasión la terapia online le servía como apoyo y acompañamiento ante el proceso de superación de tales perdidas, que aunque probablemente fueran a ser recuperables, también requerían de trabajar su correspondiente duelo.
Lo cierto, es que aprendió a darle incluso la vuelta a estos sentimientos y en los viajes que ha hecho de vuelta a España, por cortitos que hayan sido, en todos ellos, se ha propuesto disfrutar mucho más, de todas aquellas cosas que antes, apenas daba valor…
Según él mismo decía, esas escapaditas, le servían para “recargar pilas”.
Y como podréis observar, os muestro no sólo, a modo de ejemplo, cuales son los momentos de tristeza que pueden surgir en un proceso de este tipo. Incluso siendo una decisión nuestra y suponiendo un cambio a mejor. Pero como os decía, no sólo os muestro cuáles son esos momentos, sino además el cómo una psicoterapia online os puede ayudar a resolverlos o al menos, solventarlos, para así poder eliminar obstáculos añadidos a la propia dificultad del cambio.
Y una vez más, os propongo comentar con nosotros, cualquiera de esas situaciones en que os hayáis sentido identificados. Esto no sólo os servirá de ayuda a vosotros mismos, sino además puede ayudar a los demás.
Momentos de frustración
“M” me habló de varios momentos de frustración a lo largo de nuestras sesiones de terapia por internet.
Dadas las características propias de su situación, sobre todo los motivos que le hicieron moverse y finalmente encontrar ese trabajo en el extranjero, aquí encontramos alguno de esos momentos.
Donde además, al principio se había sentido tan valorado y su progresión en la empresa, había respondido siempre a una fórmula constante.
Esfuerzo, siempre llevaba a recompensa. Sin embargo, en los últimos tiempos, se había encontrado que su vida en la empresa ya no se correspondía con esa fórmula milagrosa y esto le generaba frustración.
Él sentía estarse esforzando por volver a lo que antes tenía y no llegaba a lograrlo. Cuánto más, si le añadimos las dificultades de comunicación con su jefe.
Una vez superada esta frustración gracias a desmontar esa idea irracional de la “fórmula milagrosa”, en sus sesiones de psicoterapia, llegó el momento del cambio de vida.
La frustración volvió a aparecer en el primer momento en que M. le comentó a su mujer cuál era esa idea que le estaba rondando por la cabeza.
Era algo que ella, al principio, “no veía” e incluso, llegó a mencionar que para ella, plantearse la relación a distancia, sería algo imposible que llevaría a una ruptura de la relación. En ese momento, le parecía a M. todo tan injusto.
Lo que creía que estaba planteándose en parte, por el bienestar de su familia, no sólo no serviría sino además, podría llegar a suponer la ruptura de esta.
Una vez más, en esta situación, la comunicación fue la “herramienta estrella”, que ayudó a M. y su mujer a llegar a una negociación. Aunque de manera costosa, consiguieron llegar al acuerdo de movilizarse también, su mujer y su hijo, para vivir esta gran experiencia.
Ellos también tuvieron que enfrentarse a cambios y renunciar a cosas. Puedo decir a día de hoy, que se encuentran muy satisfechos con la decisión tomada.
Y hubo más momentos de frustración durante todo el proceso de adaptación a esa nueva vida. A la hora de aprender el idioma o perfeccionarlo, a la hora de buscar un hogar donde vivir…
En resumen, a la hora de hacer esfuerzos y no recibir la recompensa que esperamos, o al menos en el momento que queremos.
Como en los anteriores, la frustración es un sentimiento, que si conseguimos trabajar correctamente, estaremos consiguiendo quitarnos otro gran obstáculo en todas las dificultades que encontremos en el proceso de cambio de vida.
Y ahora tú, que me estás leyendo: ¿te apetece hablarme de tus momentos de frustración?
Momentos de Culpabilidad
M., quiso explicarme en nuestras sesiones de psicoterapia por internet, qué es aquello de la culpabilidad del cambio.
De hecho, fue este sentimiento, el de culpabilidad, el que en muchas ocasiones le hizo pensar que no era para nada acertada su idea de trasladarse a vivir a un país diferente.
Decía que como consecuencia de tal decisión, mucha gente iba a sufrir y él sería el culpable de ello.
Fueron este tipo de argumentos, los que me hicieron ver que sería importante que entrásemos a trabajar el sentimiento de culpa.
Para ello, empezamos a enumerar a aquellas personas con sus respectivas situaciones, que él pensaba que sufrirían al tomar una decisión como tal.
En este apartado, M. nombró a sus padres que sufrirían no sólo por el hecho de tenerle lejos, sino además porque aunque no sean muy mayores, ya van teniendo sus achaques y requieren su atención en ocasiones para, por ejemplo, acompañarles al médico.
También mencionó la culpa, al pensar en lo mucho que podría alterar en la vida de su hijo, un cambio tan importante.
Cuánto más, en el caso de su mujer que en un principio tendría que asumir estar lejos de él, al mismo tiempo que ella debería ir resolviendo su vida profesional en España, para poderse permitir seguir a M. en su aventura.
Digamos que estos fueron los principales elementos en los que necesitamos trabajar la culpa, pero a lo largo de las sesiones, también aparecieron otros.
Hablando de manera muy generalizada, sin entrar en profundidad, nuestra terapia se basó en lo que ya he mencionado varias veces en muchas de las entradas del blog
En ellas insisto en trabajar la culpa desde la intención y esto significa, que cuando nos sintamos culpables de algo que vayamos a hacer, o hayamos hecho, pensemos en la intención con la que lo hacemos.
Solo evocar este tipo de pensamientos, harán que la culpa se vea bastante reducida. Y es que, ¿no creéis que todas aquellas personas a quienes M, creía que iba a hacer sufrir por su marcha, no verían compensado ese sufrimiento pensando en la felicidad que a M., esto le podía proporcionar?
Me gustaría que compartieseis vuestras opiniones sobre esta reflexión que os planteo.
Momentos de impotencia
M. hablaba de una gran impotencia, en esa fase en la que no se creía capaz de demostrar su valía en su trabajo, incluso, cuando todavía no había tomado la decisión de dar el gran paso, de irse a vivir a un país diferente.
La impotencia en este caso, venía muy asociada a la frustración por no ver recompensados todos sus esfuerzos.
Sentía, no poder conseguir aquello por lo que luchaba en su trabajo, ya fuese reconocimiento o al menos, el sentimiento de comprensión por parte de su jefe (recordad que comentaba tener con él muy mala comunicación).
Cuando le surgió la oferta de trabajo en Irlanda, M. llegó a afirmar que, quizás uno de los primeros sentimientos que notó, fue el de impotencia.
Evidentemente, era una oferta muy atractiva para su desarrollo profesional y personal y sin embargo, rápidamente le surgió un: “Pero… no puedo”.
También comentó, durante sus sesiones de psicoterapia, la impotencia de no conseguir hacer entender, a su pareja principalmente, pero también a otras personas importantes de su entorno, ese proyecto que se le estaba pasando por su mente.
La respuesta de “tu estás loco” por una buena parte de los suyos, le hacía sentir incomprendido y también impotente.
Y como también comentaba en el caso de la frustración, a lo largo de todo el proceso ha sentido impotencia en momentos, quizás, más puntuales y también más prácticos como el aprendizaje del idioma, la búsqueda de un hogar donde no estar cómodo sólo él, sino también su pequeña familia…
Como podéis observar, en la mayoría de los casos el sentimiento de impotencia surge, cuando tenemos en cuenta sentimientos que realmente, corresponden a otros y de los que realmente, no nos podemos hacer cargo.
Quizás, si focalizásemos nuestra atención en lo que pensamos y sentimos nosotros mismos, el sentimiento de impotencia no se haría tan potente.
En terapia, es un sentimiento fácil de trabajar, colocando el foco de control de forma correcta y racionalizando esos pensamientos que nos llevan a la impotencia, desde la misma aceptación.
Como todos podéis observar, aquellos “no puedo” de M. finalmente, no fueron reales gracias a su autoconocimiento y buena gestión de sus emociones.
Y vosotros, ¿tenéis en este momento de vuestra vida, algún “no puedo”? Si es así, os animo a comentarlo…
Conclusiones de tu psicólogo online de un cambio de vida radical
Cambiar de vida, yéndonos a vivir a un lugar diferente: dejar tu casa, tu ciudad, tu país incluso, es un ejercicio de “Salir de la zona de confort”.
En este ejercicio pasaremos por distintas etapas desde la toma de decisión, hasta finalmente, aprender a vivir en ese sitio nuevo. Con todo lo que conlleva: aprender las normas de una nueva sociedad, el idioma…etc.
Dentro de este proceso, al mismo tiempo, se dan distintos pequeños procesos psicológicos en los que llevar a cabo una Psicoterapia por internet, servirá de ayuda, trabajando cada uno de ellos, de manera independiente e interconectada.
Si estás pasando por una situación así, mi consejo es pedir ayuda a una terapia psicológica, que te pueda apoyar y acompañar en este proceso.
Recuerda siempre, que el miedo sólo te servirá para frenarte y que salir de tu zona de Confort, no implica perder, sino ampliar.
Si te encuentras en esta situación, no dejes de pedir cita, por medio del mi web.